24 de abril de 2011
Después de las casi 24 horas de Tibia-Fresca Carmen y Vicente decidieron quedarse con el resto del grupo para visitar Santander y por otra parte Toni, Israel y Pedro se fueron a visitar la Torca del Carlista.
Se levantaron a las 7 de la mañana el día estaba nublado y amenazaba lluvia pero no importó recogieron trastos y desayunaron en Arredondo en un bar que por suerte pillaron recién abierto.
Casi tenían claro el recorrido en coche hasta la cueva de Pozolagua donde está el parking pero se liaron un poco. Y gracias al GPS del móvil de Israel pudieron llegar.
Después de media horita más o menos y adentrándose en la niebla Pedro encontró la entrada.
A las 10,30h. comenzaba el descenso Toni instalando, Israel detrás y Pedro cerrando el grupo, 60 metros de pozo con unos cuantos fraccionamientos y por fin el famoso “bolao” de unos 94m. Toni estrenó el rac y Pedro no utilizó el que le habían dejado ya que no se fiaba al no haberlo probado antes.
Al llegar al suelo se encontraron a la Virgen de la roca, se quitaron el equipo y antes de empezar el recorrido Toni y Pedro tuvieron una urgencia y dejaron un recuerdo escondido debajo de las piedras.
Empezaron a bajar fijándose en los reflectantes y los hitos que se iban encontrando.
Bajando y bajando como si bajaran una montaña llegaron a la pared de la gran sala. Estuvieron adentrándose entre las rocas desplomadas sobre la pared que formaban gateras y se encontraron muchos rincones llenos de formaciones de todo tipo.
Siguieron andando por el barro y más barro y montañas de barro hasta encontrar el lomo del dragón donde pararon a comerse unas barritas.
Siguieron el camino hasta una enorme columna que tendría por lo menos 30m. de altura, desde ahí continuaron hasta bajar por una cuerda fija de un par de metros y luego otra y hasta el fondo caminando por grandes bloques, destrepando por el barro, resbalándose y pegando alguna culá que otra.
En todo el recorrido fueron encontrando todo tipo de formaciones haber cual de todas más bonita.
Y casi sin darse cuenta se hicieron las 15,30h. y decidieron volver para poder llegar al refugio lo antes posible y tomarse un par de cubatas que tenian pendientes.
Subiendo tomaron un camino diferente y tuvieron que sacar sus mejores dotes de escalador. Siguiendo reflectantes que gracias al Scurion de Toni se veían a larga distancia subieron y subieron y empezaron a oír ruido de agua y pensaron que estaban en una zona por la que no habían pasado antes pero…. De repente vieron la cuerda y el agua no era otra cosa si no la lluvia que caía por la boca del pozo, así que al subir, tocaba ducha. Esperaron un poco para ver si dejaba de llover, pero al ver que no paraba, se hicieron el ánimo y “parriba “, 94m de “bolao” con un grifo encendido sobre sus cabezas. Mirándolo por el lado positivo, no pasaron calor subiendo y sirvió para limpiarse el equipo y el mono que estaban llenos de barro.
Hora de salida del Carlista 18,15h. De regreso al coche bajando por la montaña se encontraron con un caminante solitario que debia de ser vasco y que les comentó que estaba buscando el siguiente hito y que hasta que no lo encontrara no se iba.
La bajada también fue divertida ya que al llover estaba muy resbaladizo y tocaron culo-suelo varias veces.
Una vez en el parking cambiándose de ropa, coincidieron con un grupo que salía de visitar la cueva de Pozolagua que los pillaron en calzoncillos pero no pasa nada para eso tenemos unos cuerpos tan serranos….
Y llegó el momento… después de muchas cuevas, montañas, vias ferratas, barrancos e innumerables aventuras....
Toni jubiló sus botas y acabaron en un contenedor de basura.